Cuando me quedé embarazada quería hacer mil cosas a mi hija, no tenía tiempo ni energía. Como no iba a hacerle el osito entero le hice un dudu (o laguna, como decimos por aquí). Fue lo mejor que puede hacerle, le encanta, ya lo chuperretea y le da bocados, lo agarra y lo estruja.
Gracias a Jare son varios ya los niños que tienen su dudu ganchillero, un regalo muy especial.
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